Hace
unos días se hizo pública la decisión del Gobierno de Costa Rica de prohibir definitivamente
el uso del herbicida bromacil en las plantaciones piñeras de la nación, esto ya
que se ha demostrado que el agroquímico ha contaminado las aguas de acuíferos
de las que dependía el agua de riego y de consumo de comunidades aledañas a las
plantaciones.
La
lucha por parte de las más de 7.000 personas de la comunidad del cantón de Siquirres
en la Provincia de Limón en Costa Rica ha ganado un primer round, ya que,
después de 12 años de constantes investigaciones y llamados de atención a las autoridades, finalmente el Gobierno
anunció que el Ministerio de Agricultura y Ganadería está trabajando en un
decreto prohibiendo la importación del herbicida bromacil y dará un plazo de 6
meses para que deje de aplicarse en los campos.
Cronología del
conflicto.
Las
investigaciones partieron en 2005, cuando tras un estudio realizado por la
Universidad Nacional (UNA) e investigadores del Instituto Regional de Estudios
en Sustancias Tóxicas (IRET), donde exploraron por tres años (del 2001 al 2004)
la calidad de las aguas de pozos y nacientes (vertientes) de la zona, dieron
las primeras señales de que el bromacil se encontraba en pequeñas cantidades en
el agua.
En
una publicación del diario nacional La Nación en esa época, uno de los
investigadores, Clemens Ruepert, señaló que “los niveles son más bajos que el
máximo permitido, pero en aguas subterráneas lo deseable es contaminación cero.
El herbicida usado en la piña no tiene que estar en las aguas”.
La
zona de Siquirres es conocida por sus cultivos extensivos de piña y banano,
pero este herbicida estaba autorizado sólo para combatir las malezas de las
piñas.
Dos
años más tarde (2007), los primeros efectos de estas alertas se hicieron
reales, al punto en que se determinó que el agua efectivamente estaba
contaminada y que las personas no debían consumirla, por lo que comenzaron a
abastecer la zona con camiones aljibes (cisternas) de agua potable.
En
2009 el Tribunal Ambiental Administrativo ordenó el cierre de una planta
procesadora de la empresa Del Monte, argumentando que en una muestra tomada por
químicos del Laboratorio de Análisis Ambiental de la Universidad Nacional y
ratificado por el Colegio de Químicos, se confirmó un nivel de bromacil de 4.8
microgramos por litro en las nacientes de Milano, El Cairo y la Francia.
El
nivel superaba en 8 veces el nivel de 0,6 microgramos que era lo permitido en
EE.UU. y que iba en aumento, ya que dos años antes se había detectado que el
nivel de bromacil en nacientes era de apenas 0,8 microgramos por litro.
El
20 de marzo del 2015 y tras las nulas respuestas por parte del Gobierno,
vecinos y representantes del acueducto rural del poblado de Milano, expusieron
el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington,
donde comenzó a establecerse un diálogo para resolver el conflicto.
La prohibición y
antecedentes científicos
El
Ministro de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, Luis Felipe Arauz,manifestó;este
lunes 15 de mayo de 2017 la lucha de 12 años parece haber llegado a su fin tras
el anuncio desde el Gobierno de Costa Rica, y en Portalfruticola.com pudimos
hablar con el actual ministro de Agricultura y Ganadería, Luis Felipe Arauz,
quien comentó que “desde el Ministerio de Salud ya existía un decreto donde se
establecía cero tolerancia de bromacil en aguas para el consumo humano, y como
se encontró presencia del herbicida en acuíferos y el riesgo de contaminación era
muy alto, se tomó esta decisión”.
A
raíz de un estudio realizado por la Comisión Ambiental, Arauz dijo que se había
determinado que “el producto es altamente lixiviable y se encuentra presencia
de la sustancia en cantidades variables en ríos
y otras fuentes de agua más grandes. Consideramos que un herbicida en
estas condiciones, que además se aplica en áreas de cultivo muy extensas,
conlleva un riesgo muy alto de contaminación de fuentes de agua”.
“A
partir de la firma de un decreto que está en proceso de redacción, se
prohibiría la importación y seis meses después, su aplicación en campo”, agrega
Arauz.
La
directora de la Dirección de Gestión de Calidad Ambiental del Ministerio de
Ambiente y Energía de Costa Rica, Shirley Soto, agrega que el estudio también
ayudó a determinar el impacto en los suelos, ya que al ser altamente soluble en
agua (815 microgramos por litro) puede llegar a tener una vida media en los
suelos de hasta 347 días, “donde no se va a degradar”.
“Llegamos
al punto de prohibirlo porque a pesar de que había una tolerancia cero con el
bromacil en las aguas, a través de los años seguimos encontrándonos con
residuos del herbicida, ya sea por malas prácticas de producción, mal uso o
porque también esta zona tiene un alto nivel de lluvias, que permitían que los
residuos se quedaran en los suelos y se transportaran”.
“Sabemos
que en este tipo de cultivos extensivos no siempre se respetan las
regulaciones”, agrega Soto.
Un futuro
sustentable
El
Ministro además señala que el Gobierno ha apoyado la iniciativa para la
producción y comercialización responsable de piña, como parte de una agenda muy
amplia en materia de producción sostenible por parte del MAG.
“Esto
procura romper con la vieja dicotomía entre agricultura y ambiente, para pasar
a una sinergia entre agricultura y ambiente. Los propios productores de piña
han venido desarrollando esfuerzos por mejorar la sostenibilidad del cultivo y
por documentar las mejoras”.
Arauz
dice que desde el MAG el mensaje que se quiere entregar con esta resolusión es
que “desde nuestra visión, la agricultura debe ser una actividad respetuosa del
ambiente y de las personas”.
Respecto
a la industria de las piñas, donde Costa Rica ocupa el primer lugar como
exportador del producto, Arauz dijo que “lo que queremos es hacer de la piña
una actividad cada vez más sostenible, no necesariamente que sea 100% orgánica.
Lo importante de cualquier actividad agrícola es que no se haga a expensas del
ambiente, que cada vez use menos plaguicidas, que no cause erosión, que haga
uso racional del agua, entre prácticas recomendadas y ojalá que ayude a mitigar
el cambio climático”.
La
directora de la Dirección de Gestión de Calidad Ambiental del MINAE, agregó que
era fundamental dar un acompañamiento a esta medida, ya que “cuando se saca una
sustancia de este tipo, a cualquiera se le puede ocurrir empezar a ocupar otra
que puede llegar a ser peor”.
“Es
un desafío incentivar a los agricultores a trabajar con menos agroquímicos, es
un trabajo de todos”.
El
Ministro también comentó que el camino para recuperar los suelos y aguas de los
residuos del bromacil se espera que sea en el largo plazo.
“El
producto tiene una vida media muy larga.
Puede tardar varios meses en descomponerse lo que está en el suelo, pero
se espera reducción de contaminación en suelos y fuentes de agua”.
Al
preguntar cuántas piñeras actualmente utilizaban el cuestionado herbicida,
Arauz señaló que no tenían el dato, pero que muchas de ellas ya habían dejado
de usar el producto.
Fotografía:
La Nación – Costa Rica
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