Créditos de campaña y capital de trabajo destinados a promover el desarrollo integral de las poblaciones de estratos económicos y sociales no atendidos por el sistema financiero formal, entrega el Banco Agropecuario – Agrobanco, en 418 Comunidades Campesinas del sur del país.
Un reciente reporte de la entidad de desarrollo señala que en la región Cusco, los créditos del Agrobanco llegan a 223 comunidades campesinas ubicadas principalmente en las provincias de Cusco, Canchis, La Convención, Espinar; en tanto en la región Apurímac, se atiende a 143 comunidades campesinas de las provincias de Abancay, Andahuaylas y Chincheros.
En Puno, los créditos del Agrobanco llegan a un total de 53 Comunidades Campesinas cuyos pobladores reciben recursos para financiar cadenas productivas de diferentes cultivos como la quinua, avena forrajera, crianza de ganado vacuno y truchas, entre otros.
En estas comunidades se otorgan créditos que financian actividades individuales y cadenas productivas. Los principales productos financiados son papa, maíz amiláceo, quinua, ganado vacuno, trucha, animales menores, además de maquinaria agrícola.
Comunidades Nativas
Otro sector social no incluido en las ventajas del sistema financiero son las comunidades nativas. En ese sentido, el Agrobanco ha ampliado su radio de atención hacia este segmento productivo asentado especialmente la selva central.
Así, productores agropecuarios de Comunidades Nativas de los pueblos indígenas Yanesha, Asháninka y Nomatsiguenga en la Selva Central y de la etnia Machiguenga, en La Convención, participan de programas de financiamiento del Agrobanco, para el desarrollo integral de sus actividades productivas.
En la selva central Agrobanco tiene suscritos catorce convenios de colaboración que acerca, por primera vez y de manera masiva, a los productores nativos del país, a las ventajas de la inserción en el sistema financiero formal.
Agrobanco promueve y consolida cadenas productivas y proyectos de desarrollo, con la finalidad que los productores nativos se conviertan en beneficiarios de los créditos del Banco, en cuya gestión, participa la Comunidad, en su condición de persona jurídica reconocida por ley, como aval de las operaciones.
Un reciente reporte de la entidad de desarrollo señala que en la región Cusco, los créditos del Agrobanco llegan a 223 comunidades campesinas ubicadas principalmente en las provincias de Cusco, Canchis, La Convención, Espinar; en tanto en la región Apurímac, se atiende a 143 comunidades campesinas de las provincias de Abancay, Andahuaylas y Chincheros.
En Puno, los créditos del Agrobanco llegan a un total de 53 Comunidades Campesinas cuyos pobladores reciben recursos para financiar cadenas productivas de diferentes cultivos como la quinua, avena forrajera, crianza de ganado vacuno y truchas, entre otros.
En estas comunidades se otorgan créditos que financian actividades individuales y cadenas productivas. Los principales productos financiados son papa, maíz amiláceo, quinua, ganado vacuno, trucha, animales menores, además de maquinaria agrícola.
Comunidades Nativas
Otro sector social no incluido en las ventajas del sistema financiero son las comunidades nativas. En ese sentido, el Agrobanco ha ampliado su radio de atención hacia este segmento productivo asentado especialmente la selva central.
Así, productores agropecuarios de Comunidades Nativas de los pueblos indígenas Yanesha, Asháninka y Nomatsiguenga en la Selva Central y de la etnia Machiguenga, en La Convención, participan de programas de financiamiento del Agrobanco, para el desarrollo integral de sus actividades productivas.
En la selva central Agrobanco tiene suscritos catorce convenios de colaboración que acerca, por primera vez y de manera masiva, a los productores nativos del país, a las ventajas de la inserción en el sistema financiero formal.
Agrobanco promueve y consolida cadenas productivas y proyectos de desarrollo, con la finalidad que los productores nativos se conviertan en beneficiarios de los créditos del Banco, en cuya gestión, participa la Comunidad, en su condición de persona jurídica reconocida por ley, como aval de las operaciones.
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