El auge experimentado por el cultivo del caqui en la Comunitat Valenciana, España, está teniendo una serie de efectos indeseados, alertó la Asociación Profesional de Flores, Plantas y Tecnología Hortícola de la Comunidad Valenciana (ASFPLANT).
Caqui / Foto Shutterstock.com
Los viveristas agrupados en esta entidad explicaron que la fiebre por el cultivo del caqui y su consiguiente expansión causó cierto déficit en la oferta de plantones disponibles en los viveros, lo que ha propiciado la aparición de un mercado negro basado en la reproducción clandestina de este tipo de plantas y su posterior e ilegal comercialización.
A raíz de lo anterior, en estos momentos alrededor del 50% de los plantones de caqui que se adquieren en la Comunitat Valenciana son de origen irregular, es decir, proceden directamente de un mercado negro que no está sometido a ninguno de los controles de calidad y sanidad vegetal que sí deben superar los viveros legales.
La ASFPLANT manifestó que los efectos de ese mercado clandestino están siendo devastadores para las empresas viveristas que sí cumplen con todos los requisitos legales, ya que esa oferta paralela, que no ha dejado de crecer, supone una competencia desleal de primer orden que se materializa en ofertas a precios reventados que se sitúan en torno a un 50% por debajo de las cotizaciones vigentes en el mercado regular.
“El resultado es que la adquisición de plantones de caqui en el mercado negro va en aumento con el consiguiente perjuicio para los viveros”, señaló la entidad.
Cálculos realizados por la ASFPLANT revelaron que estas prácticas fuera de la ley están acarreando pérdidas a los viveristas legales por unos €8 millones, comprometiendo seriamente el futuro de muchas de las empresas que funcionan bajo la ley.
Pero no sólo los viveros son víctimas de esta situación, ya que la propia sanidad vegetal del cultivo, así como la calidad de la plantas, sufre deterioro debido a que el material que se distribuyen en ese mercado negro no ha sido revisado, vigilado ni autorizado por la Administración, convirtiéndolo en una posible vía de transmisión de nuevas plagas y enfermedades.
“ASFPLANT considera que las distintas administraciones deben tomar cartas en el asunto de manera urgente y poner coto a esta situación porque lo que está sucediendo es muy grave”, dijo el organismo.
“No hay que perder de vista, entre otras cosas, que todo el dinero que se mueve en torno a ese mercado negro escapa por completo al control de Hacienda, y la Agencia Tributaria debería decir algo al respecto, al igual que también sería necesario que la consejería de Agricultura, en colaboración con otras administraciones, actuase de manera contundente para frenar una práctica cada vez más extendida y que resulta inaceptable desde cualquier punto de vista”, agregó
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