CEPIBO ocupa el segundo lugar en las exportaciones de banano orgánico a nivel nacional
La Central Piurana de Asociaciones de Pequeños Productores de Banano Organico (CEPIBO), que comenzó como una herramienta para los agricultores de ese país para obtener la certificación orgánica y poder negociar con Dole Food Company ha logrado acuerdos de exportación directos con Europa y América del Norte. Actualmente la entidad es la más grande de su tipo con 843 contenedores enviados al extranjero el año pasado. En www.portalfruticola.com conversamos con José Lacernaque Castro, gerente general de CEPIBO, acerca del trabajo de dar un entrenamiento especializado a los pequeños agricultores.
Fotografía: Oké USA
Antes que CEPIBO comenzara en 2003, los productores de banana en la región norteña de Perú cerca de Sullana se ganaban la vida vendiendo la fruta en el mercado local. Si bien la fruta era orgánica nunca se etiquetó como tal y los retornos nunca fueron particularmente altos.
“Antes de eso, como productores, no estábamos organizados y acuerdos unilaterales se realizaban entre cada productor y Dole. No había ninguna negociación colectiva, por lo que vimos la necesidad de organizarnos”, comenta Lecarnaque.
Luego llegó la gran tarea, una descrita como “emblemática” por él, que fue la de convencer a los productores durante el periodo de constitución del organismo hasta 2005.
“Desde 2005 hasta 2007 comenzamos la etapa de certificación orgánica en manos de Dole. La idea era que esto nos daría poder negociador”.
“A fines de 2007 nació la idea de que como ya teníamos la certificación orgánica y ya teníamos una organización legalmente constituida y la administración mínima con personas para trabajar en asuntos de pre y poscosecha, la siguiente etapa era vender nuestra fruta directamente a los importadores”.
Comenzaron con una empresa italiana, con quienes las cosas no anduvieron muy bien. Luego se relacionaron de forma más estable con una empresa francesa – ProNatura – la cual, a pesar de no ser muy grande, les dio la oportunidad de situarse en ese mercado.
“Comenzó con un contenedor por semana desde marzo a junio de 2008 y de julio a septiembre se elevó a tres contenedores por semana. Para fines de 2008 enviábamos cinco o seis contenedores por semana”.
En 2008 enviaron un total de 194 contenedores. El año siguiente cerraron con 400, cifra que se elevó a 530 contendores en 2010.
En 2011, CEPIBO cerró el año con 843 contenedores. Hasta octubre de este año habían enviado unos 500 contenedores, para una organización que actualmente cuenta con 800 productores, quienes en promedio cuentan con una hectárea.
La organización cuenta con un personal de 35 personas, entre las que se incluye un equipo técnico que da charlas educativas y visita las huertas para dar asistencia instructiva. También hay un grupo administrativo, el cual se dedica a manejar los temas burocráticos para una entidad que ha mostrado un rápido crecimiento.
Actualmente la empresa alemana Port International es el mayor comprador para el organismo con cerca del 50% de las bananas de CEPIBO. Entre otros importadores importantes se encuentran Agrofair, Fairtrade y Oké USA. Este último vende la fruta bajo el nombre Equal Exchnage Bananas.
Lecarnaque nos comenta que desde la formación de CEPIBO han aparecido otros 10 grupos similares, al tiempo que Dole sigue siendo el mayor importador de banana de la región, a pesar que su porcentaje cayó significativamente al 25% en 2011.
Como una organización secundaria, CEPIBO fue responsable del 15% de las exportaciones de banana orgánica de Perú el año pasado.
Fotografía: Oké USA
“Se trata de economías de escala, centralizar algunas actividades que son consideradas estratégicas para reducir los costos. Por ejemplo, toda la cosecha, embalaje y comercio corre por nosotros y con ello podemos asegurar calidad”.
La sorpresa del precio
Lecarnaque señala que los productores se vieron sorprendidos cuando vieron que el precio promedio por caja saltó desde los US$ 3 a US$ 4 en 2008.
“Antes de eso tuvimos que pasar dos o tres meses del año negociando con Dole para que pudieran elevar el precio en US$10 centavos o US$20 centavos, pero una vez que CEPIBO entró en el mercado, los precios automáticamente comenzaron a aumentar sin que necesitáramos negociar”.
“Después de eso el precio subió poco a poco y ahora el precio promedio para un agricultor en el Valle es de US$ 5.50”.
“Vendemos a precios fijos. En este momento están vendiendo en US$12 una caja y con ese dinero compramos materiales, insumos, equipo y lo que queda de eso va para el agricultor por el número de cajas que produce”.
Con el dinero extra la organización y los asociados son capaces de fortalecer sus conocimientos. De la misma forma Lecarnaque destaca que el nivel de vida de los productores ha mejorado significativamente, algo que no sólo se ve reflejado por ejemplo, en sus casas, sino también en el acceso a la educación.
“Si nos fijamos en el nivel de educación, un diagnóstico que hicimos en 2003 y 2004 mostró que alrededor del 70% de los productores miembros de CEPIBO no sabían leer o escribir. Ahora, para la mayoría de los productores, sus hijos han terminado su educación secundaria”, señala Lacenaque, destacando el caso de dos funcionarios de la organización – Wilmer Juarez quien encabeza las exportaciones y Kati Sosa a cargo de la administración -, ambos hijos de productores de banana que se graduaron de escuelas técnicas.
“Los precios caerán”
A pesar que los tiempos son mejores para los productores de la región, con mejores precios para sus productos, Lecarnaque no se deja estar.
“Nunca, desde 2002 hasta ahora, ha habido una caída en los precios, sin embargo el mercado no es así. En algún minuto caerá”, dice.
“Creo que ahora, independiente de si hay una crisis internacional o no, los precios han alcanzado su peak. La demanda sigue ahí, pero estoy hablando de los precios”.
“En algún momento habrá una sobreoferta y la industria podría tener una crisis si los precios bajan. Las organizaciones de productores no están preparadas para enfrentar esta situación”, añade.
Dice que en los próximos años un aspecto clave para CEPIBO será el desarrollar las habilidades empresariales de pequeños productores para que puedan continuar sus negocios sustentablemente.
Fotografía: Oké USA
“Creo que estos cambios sociales y organizacionales no se llevarán a cabo en el corto o mediano plazo. Tendrán que estar presentes en 15 y 25 años con un cambio generacional y con los jóvenes entrando en el grupo”.
Lecarnaque es crítico de la estrecha mentalidad inculcada en los graduados de los institutos técnicos de Perú. “El nivel de la educación pública en Perú es muy limitado. Los profesionales dejan la educación con una mentalidad como: ‘Si soy agrónomo sólo miro las plantas’. Tienden a no tener una visión estratégica para ver el mundo en términos más completos”.
Destaca que el cambio no sólo vendrá desde CEPIBO u otras organizaciones, sino que desde la base.
“Se trata de convencer a alguien para que invierta en una persona para darle una buena educación. Eso cuesta y es muy difícil ponerlo en la mente de un productor”.
Desde la perspectiva de la producción la región se está moviendo a la banana Williams, la cual fue traída in vitro desde Honduras y Costa Rica, y que puede comenzar a dar frutos unos tres meses antes que el tradicional banano Cavendish cultivado en la zona.
Uno de las próximas estrategias de CEPIBO es construir un plan que se ocupe de la prevención y de la salud de la planta.
Convencer a los consumidores
Nicole Vitello, presidenta del Oké USA señaló que el desafío para la industria del banano de comercio justo es convencer a los consumidores acerca del valor que su compra tiene para la vida de los productores involucrados con la fruta.
Considera que el mayor desafío para la empresa en EE.UU es el precio y el valor. “Las bananas tradicionalmente se han considerado como un producto barato y el precio por libra no ha cambiado comparativamente con el de ningún otro producto”.
“No estamos vendiendo una variedad especial, algo local o una herencia, por lo que el reto es la historia que diferencia a esta banana. Ser capaces de garantizarle al consumidor que pagar US$20 centavos más vale la pena”.
“No hay mucho países que puedan tener un origen orgánico y ciertamente mucho menos que puedan ser fuente de comercio justo, pero Perú ha sido un ejemplo brillante”.
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