- La llegada de 3 barcos cargados con cereza chilena colapsó, logísticamente, Hong Kong.
“No había espacio físico para mover los contenedores”, explica Sergio Rojas, jefe de exportaciones de la empresa San Francisco Lo Garcés.
El ejecutivo chileno explica que hasta las semanas 2 y 3 la temporaba iba bien “con precios espectaculares, mejores que el año pasado”. Sin embargo, la llegada de las naves Antofagasta (10 de enero), Roma (14 de enero) e Ita Melodía (16 de enero) cambiaron el escenario para la cereza chilena.
“Se crearon grandes expectativas y pusieron (los exportadores) todas sus cartas en China. Hay que pensar en diversificar más, en ver otros mercados porque los volúmenes son demasiado grandes y hay que moverlos”, enfatiza Rojas.
Añade que “con el colapso los precios cayeron bastante en relación a las primeras naves que llegaron. Es lógico. En las primeras naves los volúmenes eran mucho menores y los precios iban a ser altos. La oferta es demasiada y el consumo no es tan grande”.
“Hay que esperar que esta ola pase y ser optimistas en que los contenedores que están por llegar y los que van en viaje repunten los precios para que el promedio no sea tan bajo, para que den un retorno relativamente mejor que el del año anterior considerando que el volumen de este año fue mucho mayor”, asegura el jefe de exportaciones de San Francisco Lo Garcés.
Hasta la semana 51 Chile registró un aumento del 30% en sus exportaciones de cerezas a todos los mercados, en comparación al año anterior, explica René Wünkhaus, director comercial de la exportadora San Andrés.
El caso del mercado asiático es revelador: “Los volúmenes exportados para llegar antes del Año Nuevo Chino (semanas 50 y 51) crecieron un 85%. Pasamos de unos 700 Contenedores a 1.300 que debían ser vendidos en un período de 2 semanas aproximadamente”, añade el ejecutivo chileno.
¿Han surgido problemas con otras especies, de otros orígenes? “Al igual que las cerezas chilenas otros orígenes enviaron sus productos para ser comercializados antes del Año Nuevo Chino” –detalla Wünkhaus– “por ejemplo, en el mercado se podía ver mucha manzana americana, uva peruana, sin dejar de mencionar la fruta doméstica de productores locales que también querían beneficiarse del mayor consumo que hay antes de esta festividad”.
Detalla que “esta mayor oferta, que se comercializó mayoritariamente en Guanzhou, trajo como consecuencia enormes problemas logísticos tanto en los puertos como en el mercado mismo. Era tal la cantidad de camiones, contenedores, pallets con fruta en el piso, triciclos transportando fruta, camionetas, que el sistema casi colapsa”.
¿Cuáles son las enseñanzas/desafíos de lo que sucedió?
En opinión del director comercial de la exportadora San Andrés, “los precios reflejan claramente la escasez o abundancia de productos en el mercado y este año no fue la excepción, ya que los precios disminuyeron fuertemente en comparación al mismo periodo el año pasado”.“Por otro lado el trabajo bien hecho se premia y el mercado lo reconoce, ya que hay exportadoras que sobresalieron haciendo un buen trabajo consistentemente. Hay otros factores a considerar, como la logística en destino: para tener éxito no podemos basar una campaña en un solo mercado. Hay que distribuir la oferta exportable en mas mercados a fin de evitar sobre oferta en uno de ellos”.
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