Botrytis en uva/Foto gentileza Biogram
Aumentar las defensas de frutales y hortalizas de manera que sean más resistentes a Botrytis cinerea y otras pestes habituales en la agricultura chilena, es uno de los mayores objetivos del fertilizante orgánico DM31.
De origen israelí y desarrollado por la empresa Intertag, está orientado a la corrección de carencias de cinc (Zn) y cobre (Cu). Además, intensifica los mecanismos de defensa de las plantas ante ataques de bacterias y hongos patógenos.
Sus ingredientes activos son cobre y cinc quelados en ácido cítrico. En la formulación se utiliza cinc electrolítico de extrema pureza, el mismo que se usa en farmacología humana y que establece una gran diferencia con los demás productos con cinc que se usan en agricultura.
“Este complejo orgánico es la mejor alternativa como fertilizante foliar porque permite mayor absorción y movilidad; menor peso molecular, que aumenta la penetración en la planta y mejora el aprovechamiento del mineral; tiene un alto efecto bioestimulante; menor riesgo de fitotoxicidad y bajo consumo de energía de entrada del producto”, destacó Rodolfo Aguirre, gerente comercial de Biogram, empresa que distribuye el producto en Chile.
Entre las plagas que ayuda a prevenir con su acción fungicida se encuentran hongos como Botrytis sp., Penicillium sp., Peronospora sp. Phytophftora sp., Plasmopara sp. y Podosphaera sp. También ayuda a combatir bacterias como Pseudomonas sp. y Erwinia.
En Chile, el producto ha actuado exitosamente en tomate, perales, uva, arándanos, frambuesas, frutillas, apio, avellano europeo y alcachofa. Además, por su origen natural, es seguro e inocuo para el ambiente, los aplicadores y el consumidor, y es apto para cultivos orgánicos.
En Chile cuenta con registro BCS y en EE.UU. está exento de registro EPA. A esto hay que sumar que es uno de los fertilizantes orgánicos más demandado en Europa por sus excelentes resultados y amplio espectro de aplicación.
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