En el mes de agosto de cada año, se inicia la campaña grande para la agricultura peruana. En la franja costera donde sólo se cultiva con riego, se instalan los cultivos más importantes para, en espera de la avenida de los ríos cargados por las lluvias en la cordillera andina, asegurar la disponibilidad de agua. El calor del verano estimula el crecimiento de las plantas incluyendo los cultivos permanentes o semipermanentes. En la sierra, donde la mayoría de la agricultura es aún en secano, la temporada de lluvias que coincide con la estación de temperaturas moderadas, son el momento propicio para instalar los cultivos temporales. Las praderas renacen, el ganado aumenta su peso y es el momento de la saca. En este mismo tiempo, en la ceja de selva y selva baja, donde también se practica una agricultura en secano, las lluvias atizan el crecimiento de los cultivos temporales y permanentes. Estos son los meses de verdor y de mayor actividad en el sector agropecuario. Los campos yermos recuperan vida y aún cuando se debe soportar algunas travesuras ambientales como lluvias excesivas o retrasadas, desbordes y huaicos, el verano seco del litoral y lluvioso del resto del país, es el momento más importante del ciclo vital anual. Por estos días, los agricultores toman decisiones sobre qué sembrar y con qué sembrar. Muchos agricultores guardaron pan para agosto y podrán volver a sembrar o darle mantenimiento a sus plantas permanentes. Otros con menos fortuna o poco previsores, deberán endeudarse para hacerlo. Podrán recurrir a las entidades del sistema financiero, a los prestamistas informales, a los habilitadores o contratistas. Cualquiera de estas fuentes puede influir en su decisión final de siembra y de la tecnología utilizable. El Banco Agropecuario (AGROBANCO) es también una alternativa para financiarse. Pero en el AGROBANCO no andamos preguntando qué es lo que necesitan los pequeños productores para hacer lo mismo que hacen todos los años. Lo que preguntamos es qué cosa distinta pueden hacer los pequeños productores para mejorar el rendimiento de los cultivos y crianzas de su preferencia, darles valor agregado, ampliar sus instalaciones y equiparse, agregar nuevos cultivos y diversificar las actividades de su finca.
Ahora que iniciamos la campaña grande, cada productor del campo debe preguntarse qué podría hacer para producir más valor en sus chacras pensando no sólo en esta campaña sino en las siguientes que vendrán. Luego debe preguntarle al AGROBANCO, cómo podría apoyarlo con recursos, plazos, condiciones de pago y mejores tasas de interés. Así podrán iniciar una campaña grande que valga la pena.
AGROBANCO Agosto 2012
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